El trabajo en turnos nocturnos aumenta el riesgo de cáncer de mama, sobre todo para enfermeras

Kristin Jenkins

12 de enero de 2018 Un metanálisis de datos internacionales confirma una relación positiva entre el trabajo en turno nocturno a largo plazo y un aumento del riesgo general de cáncer en las mujeres, sobre todo, cáncer de mama.[1]

 

En Norteamérica y en Europa, trabajar en el turno nocturno se relacionó con un aumento de 32% en el riesgo de cáncer de mama, en general (odds ratio [OR]: 1,316), informan los autores.

Sin embargo, el riesgo fue más alto en un grupo específico, las enfermeras. Aquellas que trabajan por la noche resultaron con un incremento “notable” de 58% en el riesgo de presentar cáncer de mama (OR: 1,577).

El riesgo de cáncer de mama también se elevó en una forma dependiente de la dosis, lo cual es congruente con estudios previos. Por cada 5 años que una mujer trabajaba por las noches, el riesgo de cáncer de mama aumentó 3,3% (OR: 1,033), señalan los autores del estudio.

El análisis, publicado el 8 de enero en la versión electrónica de Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, fue dirigido por Xuelei Ma, Ph. D,, del West China Medical Center of Sichuan University, en Chengdu, República Popular China.

“Al integrar en forma sistemática una gran cantidad de datos previos, descubrimos que el trabajo en turno nocturno se relacionaba positivamente con varios tipos de cáncer frecuentes en las mujeres. Debido a la prevalencia expansiva de los trabajos por turnos en todo el mundo, y a la enorme carga social del cáncer, iniciamos este estudio para llamar la atención del público a este problema, a fin de que se realicen estudios de cohortes más numerosas para confirmar estas relaciones”, declaró Ma.

Se requiere más investigación para comprender los mecanismos inherentes a esta interrelación, así como para proteger mejor a las mujeres que trabajan en turnos nocturnos, contra el mayor riesgo de desarrollar cáncer, manifestó Ma a Medscape Noticias Médicas.

“El cáncer de mama es el más diagnosticado entre mujeres de todo el mundo, con una incidencia más alta en regiones desarrolladas. Estos resultados podrían ayudar a establecer e implementar medidas eficaces para proteger a las mujeres que laboran en turno nocturno. Las trabajadoras en turno nocturno, a largo plazo deberían someterse a exámenes físicos con regularidad, y a cribado de cáncer”, indicó la autora.

Las trabajadoras en turno nocturno, a largo plazo deberían someterse a exámenes físicos con regularidad y a cribado de cáncer.” Dra. Xuelei Ma

Exigencias del mundo moderno
Las demandas de productividad del mundo moderno exigen que un mayor número de empleados en las industrias de producción de alimentos, entretenimiento, atención a la salud, y de transporte, trabajen en diferentes zonas horarias, señalan los investigadores.Un gran número de personas se está exponiendo al trabajo en turno nocturno, lo cual tiene un enorme impacto perjudicial en la salud. Dra. Ma y colaboradores

La tercera encuesta en la Unión Europea demostró que desde el año 2000, 76% de empleados trabajaba con regularidad más allá del horario normal, puntualizan los autores del estudio. Hasta 21,9% de los hombres, y 10,7% de las mujeres indicaron desempeñarse en turnos, y 7% laboraba permanentemente en un turno nocturno.

Una encuesta europea en 2004 reveló que las horas extras de trabajo con regularidad eran la forma más frecuente de horas de trabajo “flexible”, y que esto se vinculaba a efectos negativos sobre estrés, sueño, y salud social y mental.

En el año 2012, un estudio danés decisivo sobre mujeres trabajadoras de la milicia, reportado por Medscape Noticias Médicas, demostró que trabajar en turnos nocturnos implica mayores riesgos para la salud en mujeres que se consideraban “personas madrugadoras”, que en quienes se denominaban “trasnochadoras”.

Detalles del metanálisis
En el metanálisis realizado por Ma y sus colaboradores, se investigó la relación entre el trabajo en turno nocturno a largo plazo, y el riesgo para 11 tipos de cáncer, utilizando datos de 26 estudios de cohortes, 24 estudios de casos y controles, y 11 estudios intercalados de casos y controles. Los 61 estudios, actualizados hasta octubre de 2016, incluyeron aproximadamente 4 millones de mujeres con cáncer de mama, pulmón, piel, y aparato digestivo y reproductor.

El riesgo general de cáncer aumentó 19% entre mujeres que trabajaban en turnos nocturnos, en comparación con las que no lo hacían, En Norteamérica, Europa, Australia y Asia, el riesgo general de cáncer aumentó 19% entre mujeres que laboraban en turnos nocturnos, en comparación con las que no lo hacían. Además del aumento de riesgo de cáncer de mama ya señalado, el riesgo de cáncer de piel también aumentó 41%, y el riesgo de cáncer digestivo se incrementó 18% en las mujeres que trabajaban en turnos nocturnos.


Se observó heterogeneidad importante en los grupos con cáncer de mama (I2 = 80,4%; p = 0,000), cáncer de piel (I2 = 64,7%; p = 0,009), y cáncer uterino (I2 = 59,6%; p = 0,042). No hubo evidencia de heterogeneidad en los otros grupos con cáncer.

La relación entre trabajar en el turno nocturno y el aumento del riesgo de cáncer de mama en las mujeres se observó únicamente en aquellas que vivían en Norteamérica y Europa, un hallazgo que sorprendió a los investigadores. “Es posible que en estos lugares las mujeres tengan mayores niveles de hormonas sexuales, los cuales se han asociado positivamente con cáncer relacionado con hormonas, como el cáncer de mama”, señaló Ma.

“La relación positiva entre los niveles de hormona endógena y el riesgo de cáncer de mama respalda las estrategias terapéuticas dirigidas específicamente a la señalización de estrógeno”, añadió Ma, señalando que, en las mujeres con cáncer de mama positivo para receptor de estrógeno, “están bien documentados” los beneficios clínicos de la endocrinoterapia adyuvante (posquirúrgica).

Enfermeras, población más vulnerable
De todas las profesiones que ejercen las mujeres, al parecer la enfermería es la más vulnerable a los efectos carcinógenos del trabajo en turno nocturno con regularidad. En un análisis secundario realizado por Ma y sus colaboradores, se analizó el trabajo en turno nocturno a largo plazo en enfermeras, y el riesgo para seis tipos de cáncer. En este se demostró que la enfermería realizada en turnos nocturnos también se relacionaba con un aumento de 35% en el riesgo de cáncer digestivo (OR: 1,350), y un aumento de 28% en el riesgo de cáncer de pulmón (OR: 1,280).Se observó un efecto no significativo para el cáncer de ovario (OR: 1,135), y ningún efecto para el cáncer cervicouterino (OR: 0,980), informan los investigadores.

“Las enfermeras que trabajaban en turnos nocturnos contaban con una formación médica, y quizá tuvieron más probabilidades de someterse a exámenes de cribado”, señaló Ma. “Otra posible explicación del aumento del riesgo de cáncer en esta población puede estar relacionada con los requerimientos laborales de la enfermería en turno nocturno, por ejemplo, los turnos más intensivos”.

Trabajar por la noche provoca desorganización del ritmo circadiano, y supresión de la secreción nocturna de melatonina, señalan los autores del estudio. A corto plazo, esto origina lo que suele denominarse “desfase horario”. Los síntomas consisten en trastornos del sueño, problemas digestivos, fatiga, fluctuaciones emocionales, y actividad física reducida.

Sin embargo, a largo plazo, la investigación demuestra que la desorganización del ritmo circadiano y la supresión nocturna de melatonina funcionan como carcinógenos que aumentan la incidencia de tumores.

La alteración circadiana prolongada también se ha relacionado con más riesgo de enfermedad cardiovascular, lo mismo que trastornos neuropsiquiátricos, y del sistema endocrino.


Un efecto sobre la melatonina urinaria podría desempeñar un papel relevante en los aumentos de las hormonas sexuales que se relacionan con los tipos de cáncer hormonodependiente.[2] Aunque el trabajo en turno nocturno se vinculó fuertemente con más riesgo cáncer de mama en las mujeres, este análisis no reveló tal efecto para otros tipos de cáncer hormonodependiente en las mujeres, como el cáncer de ovario y el uterino, afirman los investigadores.

Los cambios en el estilo de vida, como el comer a horas irregulares, la reducción de la actividad física, y el estrés relacionado con el trabajo, también pueden contribuir a este aumento en el riesgo de cáncer, informó Ma a Medscape Noticias Médicas.

Al cuestionarle si el tabaquismo podría ser un factor contribuyente, el especialista señaló que estudios previos ajustados para el tabaquismo “han reportado que las personas con antecedente tabáquico constituyeron un mayor porcentaje entre los casos, en comparación con los no casos”.

Sin embargo, el análisis actual estuvo limitado por “una falta de uniformidad en relación con los factores de confusión. Además, No se llevó a cabo ningún análisis estratificado sobre el tabaquismo y, por tanto, no se identificó alguna relación clara entre el tabaquismo y el riesgo de cáncer en las enfermeras que trabajaban en turno nocturno”, puntualizó Ma.

Otras limitaciones del estudio incluyen la falta de una definición uniforme del trabajo en turno nocturno en los diferentes estudios, así como la heterogeneidad sustancial entre los estudios, lo que podría debilitar la relación entre el trabajo por la noche, y el riesgo de cáncer, afirman Ma y sus colaboradores.

Los autores del estudio han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.