Dormir menos se vincula a muerte en pacientes con cardiopatía o accidente cerebrovascular

Megan Brooks

12 de junio de 2017 BOSTON, USA. El riesgo de muerte relacionada con enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular se incrementó significativamente en adultos que dormían menos de 6 horas por noche, indica un nuevo estudio con datos de sueño objetivos.[1]

El sueño insuficiente "multiplica el riesgo de desenlaces insatisfactorios en personas con enfermedad cardiovascular o accidente cerebrovascular", dijo a Medscape Noticias Médicas el Dr. Julio Fernández-Mendoza, PhD, del Centro de Investigación y Tratamiento del Sueño, en el Penn State University College of Medicine, en Pensilvania, Estados Unidos.
"Debemos pensar no sólo en la apnea del sueño cuando se trata de la morbilidad y la mortalidad por enfermedad cardiovascular", agregó el Dr. Fernández-Mendoza. "La mayoría de estos pacientes sin apnea del sueño pero con enfermedad cardiovascular o accidente cerebrovascular pueden quejarse de sueño deficiente o insomnio crónico, y sabemos ahora que cuando se presenta tal sueño insuficiente, valorado de manera objetiva, es mucho peor su pronóstico a largo plazo".
Presentó su investigación en SLEEP 2017: 31o Congreso Anual de Associated Professional Sleep Societies.
Incremento de dos tantos en el riesgo
El sueño de duración corta se ha relacionado con enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y con la mortalidad, pero la mayoría de los estudios se han basado en hábitos de sueño notificados por los propios sujetos. Por consiguiente, no está claro el rol del sueño en pronosticar la mortalidad.
El Dr. Fernández-Mendoza y sus colaboradores evaluaron datos polisomnográficos objetivos de 1741 hombres y mujeres de la cohorte de adultos de Penn State, una cohorte de población general que ha sido objeto de seguimiento durante más de 16 años. La enfermedad cardiovascular se definió por un antecedente de cardiopatía, hipertensión o diabetes, y la enfermedad cerebrovascular por un antecedente de accidente cerebrovascular.
El tiempo de sueño total en la polisomnografía se clasificó como de duración normal (6 horas o más) o corto (menos de 6 horas). Los investigadores utilizaron el modelo de riesgo proporcional de Cox para efectuar el control con respecto a múltiples factores de confusión posibles al evaluar la interacción entre duración objetiva del sueño, enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular sobre la mortalidad.

"Observamos que el riesgo de mortalidad relacionado con enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular aumentó en los que dormían menos de seis horas en el laboratorio; en concreto, su riesgo de mortalidad aumentó 1,8 tantos y 2,4 tantos, respectivamente. En cambio, en los individuos que dormían más de 6 horas en el laboratorio, el riesgo de mortalidad relacionado con enfermedad cardiovascular o accidente cerebrovascular no aumentó de manera estadisticamente significativa", explicó el Dr. Fernández-Mendoza a Medscape Noticias Médicas.Tabla. Riesgo de muerte según duración del sueño
Criterio de valoración Sueño corto
Hazard ratio (IC 95%) Sueño normal
Hazard ratio (IC 95%)
Enfermedad cardiovascular 1,83 (1,32 - 2,54) 0,87 (0,59 - 1,29)
Accidente cerebrovascular 2,39 (1,28 - 4,44) 1,26 (0,52 - 3,07)
En un estudio diferente que incluyó la cohorte de adultos de Penn State,[2] publicado en versión electrónica el 17 de mayo en Journal of the American Heart Association, los investigadores encontraron que el riesgo de muerte relacionada con síndrome metabólico aumenta en pacientes con duración de sueño breve.
Los investigadores dicen que los adultos con enfermedad cardiovascular o accidente cerebrovascular que duermen periodos reducidos posiblemente tengan más disfunción autonómica central y metabólica. Se necesitan estudios clínicos para evaluar si la prolongación del sueño mejora el pronóstico a largo plazo en adultos con enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular o síndrome metabólico, añaden.
En su comentario sobre el estudio a Medscape Noticias Médicas, el Dr. Steven Feinsilver, director de medicina del sueño del Lenox Hill Hospital, en la Ciudad de Nueva York, Estados Unidos, hizo notar que "realmente es difícil obtener información exacta sobre cuánto realmente duermen las personas debido a que no se puede confiar en lo que le dicen a uno".
Las personas que duermen poco suelen estimar muy mal su sueño, señaló. "Todos recordamos cuando estamos despiertos. No recordamos cuando estamos dormidos. Así que cualquier cohorte como esta, en la que se tiene cierta medida objetiva de cuánto realmente duermen las personas es muy interesante, y si se quiere demostrar que el sueño deficiente es malo para el corazón, es bueno contar con algunos datos objetivos"."Sería formidable que pudiésemos decir a las personas que durmiesen más y que tendrán menos probabilidades de morir por cardiopatía o accidente cerebrovascular; es muy posible que esto sea verdad, pero no se puede afirmar con base en este estudio", advirtió el Dr. Feinsilver.