El sueño incluso ligeramente insuficiente se asocia a un aumento del riesgo de depresión y síntomas de ansiedad

Deborah Brauser

 2 de mayo de 2017 BOSTON, EUA. Aunque investigaciones previas han demostrado un vínculo entre la disfunción grave del sueño y síntomas psíquicos, una nueva investigación indica que la duración del sueño incluso ligeramente insuficiente puede tener un efecto adverso.[1]

Los investigadores analizaron datos de una encuesta telefónica a nivel nacional entre más de 20.000 participantes adultos, y descubrieron que cada hora de sueño adicional se vinculaba de manera estadísticamente significativa a una disminución del riesgo de síntomas de desesperanza, nerviosismo, y sensación de inquietud o ansiedad.
También se observó que muy poco sueño se relacionó con más riesgo de cada uno de estos desenlaces adversos, en comparación con el sueño óptimo (definido como 7 a 9 horas por noche).
Además, "obtener solo una hora menos de la duración óptima del sueño se relacionó con un aumento de 60% a 80% en las probabilidades de cada uno de estos síntomas", expresó durante su presentación en el Congreso Anual de la American Academy of Neurology (AAN) 2017 la autora principal, la Dra. Kelly L. Sullivan, PhD, profesora asistente en la Georgia Southern University, en Estados Unidos.

La Dra. Sullivan comentó a Medscape Noticias Médicas que le sorprendió cuán robusto fue el último hallazgo. "Si una persona no duerme una noche, puede tener un rebote. Sin embargo, cuando de manera crónica se tienen dificultades y no se duerme el tiempo suficiente, todos tenemos estos efectos".
"El haber confirmado lo anterior en estos datos posiblemente ayude a los médicos a comprender cómo podría existir este potencial de tener un impacto y no descartar incluso las alteraciones leves del sueño", indicó la autora.

Aunque los trastornos del sueño generalmente son frecuentes en pacientes con depresión o ansiedad, "no se había analizado la relación de las pequeñas deficiencias del sueño mientras se controlan otros factores de riesgo en una población adulta general", escriben los investigadores.

"Contamos con excelente literatura que analiza las alteraciones del estado de ánimo y los trastornos del sueño, pero con frecuencia se enfoca solo en la privación extrema del sueño, lo cual en ocasiones se induce clínicamente", manifestó la Dra. Sullivan.
Asimismo, la autora expresó que en el presente estudio, "analizar a una población real fue extraordinario. Sin embargo, también el hecho de tener acceso a estos datos continuos en los que podemos valorar las alteraciones del sueño más leves fue una gran oportunidad".
Los investigadores analizaron datos de 20.851 participantes (50,4% mujeres; media de edad: 47,5 años) en el Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo Conductuales 2012. En esta encuesta telefónica de Centers for Disease Control and Prevention (CDC), se preguntó a los adultos acerca de una amplia variedad de temas relacionados con la salud, tales como hábitos de sueño, ejercicio y características demográficas. "Así que está basada en un autoinforme", señaló la Dra. Sullivan.
También se preguntó a los participantes cuánto tiempo dormían normalmente en un periodo de 24 horas, incluidas las siestas. Asimismo, se les pidió informar si durante el periodo previo de 30 días específicamente, se sentían nerviosos, desesperanzados, inquietos/ansiosos, o deprimidos sin poder animarse, y durante cuántos días su salud mental "no estuvo bien".
El sueño óptimo (7 a 9 horas por noche) fue comunicado por 60,6% de los participantes, "la duración baja pero aceptable" (6 horas) fue comunicada por 23,8%, y el sueño insuficiente (5 horas o menos) por 12,9%.
Después del ajuste con respecto a factores como edad, género, raza e índice de masa corporal, "la duración del sueño se relacionó inversamente con el número de días de salud mental deficiente", informan los investigadores, con una estimación de -0,80 (95% IC: -0,94 - 0,66).Encontraron que cada hora de sueño adicional a la duración óptima del sueño se relacionó con una disminución en las probabilidades de cada uno de los desenlaces adversos anímicos acerca de los que se recabó información.
Tabla 1. Riesgo de desenlaces con cada hora de sueño adicional a la duración óptima del sueño

Desenlace Odds ratio ajustado (IC 95%)
Depresión 0,77 (0,73 - 0,80)
Desesperanza 0,79 (0,76 - 0,82)
Inquietud 0,75 (0,72 - 0,77)
Nerviosismo 0,80 (0,77 - 0,82)
"Considero importante señalar que estos datos están basados en cambios de una hora en el sueño. De manera que podría aumentar si se agregan más horas", destacó la Dra. Sullivan.
Además, tanto muy poco sueño como sueño ligeramente insuficiente, se asociaron de manera estadísticamente significativa a más riesgos, en comparación con la duración óptima del sueño.
Tabla 2. Riesgo de desenlaces en caso de muy poco sueño y sueño ligeramente insuficiente. frente a sueño óptimo

Desenlace Odds ratio ajustado (IC 95%:)
≤ 5 frente a 7-9 horas de sueño por noche
Depresión 3,91 (3,39 - 4,52)
Desesperanza 3,17 (2,75 - 3,67)
Inquietud 3,93 (3,44 - 4,49)
Nerviosismo 3,11 (2,72 - 3,56)
6 frente a 7-9 horas de sueño por noche
Depresión 1,79 (1,5 - 2,1)
Desesperanza 1,68 (1,4 - 1,9)
Inquietud 1,76 (1,5 - 2,0)
Nerviosismo 1,61 (1,4 - 1,8)

Las mujeres que tuvieron 6 en vez de 7 a 9 horas de sueño por noche presentaron mayor riesgo de cada desenlace adverso que los hombres, sobre todo en sensación de depresión. Asimismo, tuvieron una mayor relación inversa entre una buena duración del sueño y el número de días con salud mental deficiente.
Los hallazgos globales muestran "una percepción singular de la relación de los síntomas psíquicos y la deficiencia leve de sueño", señaló la Dra. Sullivan, quien reiteró que un sueño de seis horas, bajo pero aceptable, fue comunicado por aproximadamente una cuarta parte de su extensa población de pacientes. "Así que es muy frecuente".
Sin embargo, las limitaciones del estudio consistieron en que no se analizó la influencia de otras comorbilidades o medicamentos. Asimismo, la Dra. Sullivan destacó que la cantidad de sueño no necesariamente equivale a la calidad del mismo.
También hizo énfasis en que sus observaciones deben evaluarse más en estudios prospectivos.
"Oportunidades para explorar"

"La Dra. Sullivan nos recordó algunos efectos adversos del sueño deficiente", expresó el comentarista oficial y comoderador de la sesión, el Dr. Michael S. Jaffee, del Departamento de Neurología en la Universidad de Florida, en Estados Unidos.
"Realmente me impresionaron mucho los datos que recabó, y la robustez de solo una hora de sueño faltante. Esto fue sorprendente, con un incremento de 60% a 80% del riesgo", manifestó el Dr. Jaffee.
Su colega, el comoderador, Dr. Bradley Vaughn, Departamento de Neurología en la Universidad de Carolina del Norte, comentó a Medscape Noticias Médicas que es importante recordar que los estudios de encuestas se basan en la percepción de un individuo. "Así que espero que no tratemos de generalizar un dominio a múltiples dominios; esta es una excepción".
El Dr. Vaughn añadió que los factores son bidireccionales.
"Sabemos que cuando los pacientes acuden con problemas o manifestaciones del estado de ánimo, necesitamos preguntar sobre el sueño; y en el mismo sentido, cuando acuden con problemas de sueño, debemos preguntar sobre el estado de ánimo. Considero que ambas son buenas oportunidades para explorar problemas subyacentes", concluyó el Dr. Vaughn.
La Dra. Sullivan, el Dr. Vaughn y el Dr. Jaffee han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.