La falta de sueño nubla la vista

José Ramón Zárate

31/03/2017 Un informe estadounidense alertaba la semana pasada de que el software de reconocimiento facial empleado por el FBI es un potencial peligro para los ciudadanos, pues su margen de errores es demasiado alto y, para colmo, falla aún más con personas de raza negra. El FBI almacena la mitad de las caras de la población de EEUU.

 

Salvo en fisonomistas depurados, un simple bigote o peluquín basta a veces para engañar al vecino. Un estudio de la Universidad de Arizona aparecido en marzo en Neurobiology of Sleep and Circadian Rhythms ha comprobado con pruebas fotográficas en 54 voluntarios que la falta de sueño merma la capacidad de leer si un rostro está triste o alegre. Dicen que esta visión turbia, por razones evolutivas y de supervivencia, sí distingue en cambio las señales faciales de angustia, miedo, sorpresa y asco.

Y en la misma línea, otro estudio de la Universidad británica de York en el último número de PLoS One mostraba que tanto los humanos como los smartphones tenían el mismo grado de error en distinguir fotos retocadas del rostro original, y eran incapaces de reconocer una mezcla fotográfica de dos rostros. Es un consuelo que las máquinas aún no nos superen. Dicen que esta información biométrica es importante para luchar contra los fraudes de los pasaportes y las suplantaciones de identidad que tan bien domina Tom Cruise en Misión Imposible. Si ya es difícil para un occidental distinguir entre un chino y un coreano, y viceversa, como para que los científicos vengan ahora con el fotoshop facial a ver si descubrimos a Wally.