En adultos jóvenes, los problemas de sueño pronostican posteriores problemas de dolor

En al menos algunos grupos de “adultos emergentes”, los problemas de sueño son pronóstico de dolor crónico y empeoramiento de la gravedad del dolor a través del tiempo, sugiere un estudio en la revista PAIN®, publicación oficial de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (International Association for the Study of Pain® - IASP). La revista es publicada por Wolters Kulwer.

Por el contrario, la presencia de dolor en general no pronostica el empeoramiento de los problemas de sueño durante la transición entre la adolescencia y el adulto joven, de acuerdo con la reciente investigación de la Dra. Irma J. Bonvanie y colaboradores de la Universidad de Groningen, Países Bajos. Ellos consideran que la identificación precoz y el tratamiento de los problemas de sueño podrían ayudar a reducir posteriores problemas de dolor en algunos grupos de adultos emergentes.

¿Qué aparece primero, problemas de sueño o dolor?
La Dra. Bonvanie y colaboradores analizaron las relaciones “bidireccionales” entre los problemas de sueño y el dolor en un estudio de seguimiento de adultos jóvenes entre 19 y 22 años de edad. El estudio se centralizó en el dolor crónico en general, como así también en tipos específicos de dolor: musculoesquelético, cefaleas y dolor abdominal.
Las asociaciones a largo plazo entre los problemas de sueño y 3 tipos de dolor, se compararon entre los sexos y se analizaron los efectos de mediación de la ansiedad y depresión, fatiga y actividad física. El estudio incluyó aproximadamente 1750 hombres y mujeres holandeses jóvenes que se siguieron durante 3 años.
Aproximadamente la mitad de las personas jóvenes que presentaban problemas de sueño en la evaluación inicial aún los presentaban 3 años después. Al inicio, los sujetos con problemas de sueño tenían más probabilidades de presentar dolor crónico y dolor musculoesquelético, cefalea y dolor abdominal más graves.
3 años después, aquellos con problemas de sueño tenían más posibilidades de presentar dolor crónico nuevo o persistente. En general, el 38% de los adultos emergentes con problemas graves de sueño en la evaluación inicial, presentaron dolor crónico en el seguimiento, en comparación con el 14% de aquellos sin problemas iniciales de sueño.
La relación entre problemas de sueño y dolor fue mayor en las mujeres que en los hombres, una diferencia que puede comenzar alrededor de la adolescencia tardía/adultez emergente. La fatiga pareció ser un modesto factor de mediación, mientras que la ansiedad/depresión y la falta de actividad física no fueron contribuyentes significativos.
Los problemas de sueño pronosticaron un aumento de la gravedad del dolor abdominal únicamente en mujeres, pero no pronosticaron la gravedad de la cefalea en ninguno de los sexos. El dolor abdominal fue el único tipo de dolor que se asoció con un aumento a largo plazo de los problemas de sueño, y el efecto fue pequeño.
“La adultez emergente... se caracteriza por cambios psicosociales y conductuales, tal como patrones alterados del sueño,” escribe la Dra. Bonvanie y colaboradores. El dolor crónico también es frecuente en este grupo etario, especialmente entre las mujeres. Los problemas de sueño podrían ser un factor de riesgo importante para el aumento del dolor, actuando a través de umbrales dolorosos alterados, alteración emocional o cambios conductuales.
El estudio reciente sugiere que los problemas de sueño se asocian en forma significativa con dolor crónico y con tipos específicos de problemas dolorosos en adultos emergentes. “Nuestros hallazgos indican que los problemas de sueño no solamente son precursores del dolor, sino que en realidad pronostican la persistencia de dolor crónico y un aumento en los niveles de dolor,” dicen los investigadores. Además, concluyen, “nuestros hallazgos sugieren que los problemas de sueño pueden ser un blanco adicional para las estrategias de prevención y tratamiento en mujeres adultas emergentes con dolor crónico y dolor musculoesquelético.”
Fuente: Science Daily