Cuestiones sobre obesidad

P.-¿ES MÁS OBESO EL QUE MÁS PESA?

R.-El peso total del cuerpo y el grado de obesidad de los individuos no siempre van de la mano, como lo podemos constatar en muchas personas de nuestro entorno y especialmente en algunos deportistas muy musculados, cuyo I.M.C. (Índice de Masa Corporal) nos indicaría un severo sobrepeso, mientras su porcentaje de grasa corporal nos señalaría todo lo contrario. En conclusión para hablar de obesidad es preciso valorar el porcentaje de grasa, cuyo valor máximo para las mujeres es del 22 % y para los hombres del 15 %. 

 

P.-¿SI LA OBESIDAD ES GENÉTICA PORQUE ESTA AUMENTANDO?

R.-Esta es una buena observación y nos puede ayudar a poner en duda esa influencia genética a la hora de responsabilizarla de las altas tasas de obesidad en el primer mundo. Cada vez está más clara la relación causal de los tipos de alimentación (sobre todo los excesos relativos de Hidratos) y de los estilos de vida en la acumulación de la grasa superflua, mientras va perdiendo importancia la herencia genética. La inmensa mayoría de los sobrepesos y de las obesidades que he tratado en mi vida profesional están “mucho más relacionados con comer mal y mucho menos con comer más”.

 

P.-¿ES CIERTO QUE LA SIESTA DESPUÉS DE LA COMIDA ENGORDA? 

R.-La siesta no puede convertirse en grasa porque no es un alimento y por lo tanto no puede engordar. Ahora bien un individuo, si en vez de dormir la siesta sale a caminar, es lógico que consuma más calorías que con la siesta, en base al ejercicio físico realizado, y ahí puede estar la diferencia en los resultados finales, aunque yo recomiendo y practico, siempre que puedo, siestas de entre 15 y 30 minutos.

 

P.-¿SE PUEDE TENER ANEMIA Y DEBILIDAD A LA VEZ QUE OBESIDAD? 

R.-Entendida la obesidad como un exceso en la acumulación de la reserva de grasas, (más del 15% del peso total para los hombres y más del 22% para las mujeres) y sabiendo que los problemas de anemia y debilidad no se resuelven con la presencia o ausencia de grasas, sino mediante la asimilación de suficientes aminoácidos esenciales y del mineral "hierro", es fácilmente explicable la coexistencia de ambos procesos, cuando la ingesta alimentaria resulta deficitaria o desequilibrada. La solución pasa por garantizar una dieta acorde con las necesidades del individuo y la absorción plena de los macro y micronutrientes aportados.

 

P.-¿ES VERDAD QUE COMER DEPRISA ENGORDA? 

R.-La comida rápida por sí misma no puede ser causa directa del sobrepeso, pero influye de manera importante en la cantidad de alimentos que se engullen, hasta percibir las primeras sensaciones de saciedad. Por otro lado los alimentos mal triturados ponen en riesgo su asimilación, tanto en cantidad, como en el equilibrio de los nutrientes. El comer deprisa y sin masticación suficiente interfiere negativamente en los procesos digestivos relacionados con la absorción de nutrientes y además se reduce significativamente la actividad física con el resultado lógico del sobrepeso.

 

P.-¿SOMOS LOS HUMANOS LA ÚNICA ESPECIE CON OBESIDAD? 

R.-Mi respuesta es: “SI”, puesto que analizando a los individuos de cualquier especie animal que viva en libertad, podemos constatar que la obesidad no es un atributo normal, excepto en situaciones puntuales, como es el caso de los osos cuando se preparan para invernar. Todos los seres vivos siguen su instinto de supervivencia e imitan a sus ancestros a la hora de alimentarse, en consecuencia no sufren de obesidad porque instintivamente comen lo que deben, siguiendo el impulso del hambre hasta que les llega la sensación de saciedad. Los humanos, sin embargo, estamos comiendo sin criterio y sin límites, porque ya no sabemos o no queremos conocer nuestras necesidades nutricionales.

 

P.-¿ME PUEDEN ENGORDAR LOS NERVIOS? 

R.-A muchas personas el estar nerviosas o ansiosas les afecta negativamente, a la hora de planificar y llevar a cabo sus comidas, en unos casos les pueden reducir el apetito y en otros  aumentarlo. Independientemente de estas reacciones particulares es un hecho cierto que las situaciones de estrés, sobre todo el estrés crónico,  provocan un considerable aumento en la producción de las hormonas corticoides, que frenan el metabolismo, reducen el gasto energético y retienen líquidos, con el consiguiente aumento de las reservas de grasa y agua, que finalmente incrementan el peso total.

 

P.-¿CÓMO DISTINGUIR ENTRE EL HAMBRE Y LA ANSIEDAD?

R.-Con frecuencia los procesos de ansiedad nos inducen a llevarnos a la boca algo, que nos entretenga, nos tranquilice y nos dé cierto placer compensatorio. El picar entre horas es un recurso muy habitual en este mundo, lleno de prisas y de agobios por doquier. Muchas veces , sin embargo, la distinción entre hambre y ansiedad no esta tan clara y yo suelo recomendar a mis pacientes, sobre todo si son diabéticos, que respondan a sus impulsos con un tentempié equilibrado como un vaso de leche, un yogur, una cuajada y hasta con un mini bocadillo equilibrado, si les apetece, y que comprueben después si persiste la ansiedad. Los diabéticos siempre deben evitar las hipoglucemias.

 

P.-¿ES EL I.M.C. (Índice de Masa Corporal) un indicador fiable del sobrepeso? 

R.-El peso total del cuerpo y el grado de obesidad de los individuos no siempre van de la mano, como lo podemos constatar en muchas personas de nuestro entorno y especialmente en algunos deportistas muy musculados, cuyo I.M.C. (Índice de Masa Corporal) nos puede indicar un severo sobrepeso, mientras su porcentaje de grasa corporal nos señala todo lo contrario. Cada vez está en mayor desuso la utilización del I.M.C. (Índice de Masa Corporal), para medir la obesidad a nivel particular y está siendo sustituido por el % de grasa corporal, cuyos valores ideales se calculan en el 15% del peso total para los hombres y en el 22% para las mujeres.

 

P.-¿SE PUEDE ESTAR EN EL PESO IDEAL Y TENER “FLOTADOR”?

R.-El peso ideal estandar, aplicable a las personas es una aproximación teórica de los kilogramos, que corresponderían a cada grupo de sexo, edad y constitución corporal en función de su estatura medida en centímetros. Como todo cálculo teórico se debe tomar como una aproximación a la realidad y pueden darse casos en los que coincida el peso ideal con un relativo flotador, cuando la masa muscular del individuo está por debajo de los límites y su exceso de grasa por encima, puesto que estas circunstancias redondean el peso.   

 

P.-¿PODEMOS SENTIR HAMBRE AL POCO TIEMPO DE HABER COMIDO? 

R.-Parece un contrasentido el afirmar, por ejemplo, que se pueda sentir autentica hambre a la hora y media de haber terminado una comida copiosa y sin embargo es bastante frecuente entre las personas que ingieren comidas con un exceso de hidratos de carbono en relación a las proteínas. En estos casos se produce un desequilibrio en el eje hormonal Insulina/Glucagón a favor de la Insulina, provocando situaciones severas de hipoglucemia, que se manifiesta por la sensación real de autentica hambre. Los alimentos ingeridos pueden no llegar a su destino, bien porque no han sido masticados correctamente y se ha dificultado su absorción, bien porque los hidratos han sido convertidos en grasa (triglicéridos) y almacenados en la reserva. Para evitar la primera situación se recomienda triturar e insalivar los alimentos de forma satisfactoria y para evitar su transformación en grasa, hay que mantener, en cada comida, las proporciones ideales entre los hidratos de carbono y las proteínas al (4/3).

 

P.-¿PORQUÉ SUELO SENTIR LA NECESIDAD DE COMER ALGO DULCE? 

R.-La necesidad de comer algo dulce se produce generalmente cuando el sistema metabólico detecta que están bajos sus niveles de glucosa en sangre (Hipoglucemia). En estas circunstancias el conjunto de las células de nuestro cuerpo y sobre todo las neuronas, cuya alimentación debe ser continuada y precisan de niveles suficientes de glucosa en el torrente sanguíneo, están pasando hambre y reclaman glucosa (alimentos dulces) para alcanzar la Normoglucemia. Este fenómeno es muy frecuente entre los diabéticos, entre los “hiperinsulinémicos” y, en general, entre las personas que abusan de los hidratos y no equilibran las comidas, porque no mantienen las proporciones ideales entre los hidratos de carbono y las proteínas al (4/3).