CUESTIONES PREVIAS ANTE LA HTA

Ante una persona con estrés el mejor tratamiento contra su hipertensión es conseguir que se tranquilice, se relaje y duerma suficientemente.  Las cifras tensionales en los obesos, con un abdomen prominente, varían cuando les tomamos la tensión arterial de pie, sentados y, o tumbados. Es como si el sistema cardiovascular tuviera que modificar su presión de funcionamiento para superar la presión ejercida por el volumen de las estructuras vecinas, aprisionadas entre la musculatura abdominal y el diafragma.  

Es muy frecuente tener que esperar algún tiempo para que los pacientes se tranquilicen física y psíquicamente, antes de tomar la tensión, pues con frecuencia se dan autenticas hipertensiones de bata blanca por reacciones de un estrés insuperable delante de los sanitarios. 

La disponibilidad de aparatos para la toma de tensión en casa solventan este serio problema diagnostico, que convertía en hipertensos crónicos, (candidatos a tratamientos de por vida), a personas sanas con cierta hipersensibilidad psicológica frente a los médicos y enfermeras.

Las situaciones conflictivas por estrés nos pueden provocar reacciones de tipo hormonal con la consiguiente producción de las hormonas adrenalina e hidrocortisona. La primera provoca un aumento de la frecuencia cardiaca, como preparándonos para realizar un esfuerzo especial y la segunda nos pone en situación de emergencia, anulando los procesos metabólicos normales, que se venían desarrollando y supeditándolos a las reacciones típicas de la supervivencia.

Ante esta reacción hormonal, las cifras de tensión arterial se incrementan, tanto por el aumento de la actividad cardiaca como por la vasoconstricción de las arterias y la retención hídrica concomitante. Sigue...

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LA O.M.S. ANTE LA HTA

A principios de los años 80 la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso un plan de tratamiento escalonado para la HTA y en él se insistía desde el primer escalón terapéutico en el empleo de medidas higiénico-dietéticas, tales como la regulación de la alimentación, el control del sobrepeso-obesidad y la reducción del estrés.

Estas medidas debían instaurarse antes de proceder a la receta de fármacos y, si no fueran suficientes por sí mismas, acompañarlas de los productos farmacéuticos más simples e inofensivos, que irían asociándose a la terapéutica de manera escalonada. La estrategia comercial de la industria farmacéutica consiguió en muy pocos años cambiar radicalmente los criterios terapéuticos, que habían sido propiciados por la OMS y aceptados por la mayoría de los médicos. 

Comenzaron por inundar las revistas médicas con publicaciones que ensalzaban las nuevas terapias farmacológicas frente a los viejos fármacos, que calificaban de obsoletos, poco eficaces y saturados de efectos indeseables. Buscaron y potenciaron a nuevos líderes de opinión sin escatimar gastos y consiguieron con la ayuda de sus fuerzas de venta, que todos nos olvidáramos de los anteriores criterios de la OMS.

Recuerdo el comentario de un agudo observador cercano a la OMS, que en su análisis de resultados al finalizar los 10 años de la implantación de la nueva estrategia, hacía el siguiente balance: “Ni hemos disminuido el número de hipertensos ni hemos reducido sus complicaciones, el único cambio ha sido el haber multiplicado por diez el coste de los tratamientos”. 

Es doloroso e inaceptable admitir de hecho que la única solución viable y práctica, ante el problema de la HTA, sea la implementación de los tratamientos medicamentosos y su mantenimiento de por vida, renunciando de entrada a la modificación de los hábitos alimentarios y a la falta de higiene mental, que subyacen tras la HTA y que además son los responsables también de la mayoría de las enfermedades crónicas. Sigue...

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EL MEDIOAMBIENTE Y LA HTA

La literatura médica está plagada de estudios en los que se correlacionan los valores de la tensión arterial de un individuo con los de sus familiares, sin embargo es erróneo pensar que el origen es solo genético y no meramente ambiental, es decir, derivado de la forma familiar de comer, dormir, trabajar, responder al estrés, etc.

En la misma línea se han querido ver los factores genéticos productores de la HTA en los individuos de raza negra, sin querer reconocer que las diferencias raciales se acompañan habitualmente de circunstancias socioeconómicas distintas, que condicionan factores ambientales tales como la alimentación, el descanso, el trabajo y el estrés.    

También nos hemos acostumbrado a oír y a aceptar como normal que la HTA sube con la edad, como si estuviéramos predestinados a ser hipertensos de mayores y nos tranquilizamos diciendo que hasta cierto nivel de HTA es “normal para mi edad”.

La edad no es un factor que suba la tensión arterial, los verdaderos factores hipertensores son los malos tratos, que infligimos a nuestro organismo cada día al no alimentarnos bien o al estresarnos en demasía. La edad es indiferente y así lo prueban las tensiones arteriales de los ancianos de tribus primitivas y de zonas rurales que han llevado una vida sana y sin estrés. Estas constataciones son independientes de la raza a la que pertenecen los individuos estudiados.

Para muchos sanitarios es discutible que “la HTA sea una enfermedad crónica de origen desconocido”. Algunos defienden que la HTA ni es una enfermedad, ni es crónica y mucho menos de origen desconocido. Realmente lo que llamamos hipertensión arterial y medimos con los esfigmomanómetros son simplemente unas cifras de presión arterial de variabilidad constante, que superan unos límites determinados, estadísticamente, que estan relacionados con la aparición de enfermedades cardio y cerebrovasculares.

Este signo clínico es variable, fluctúa constantemente de día y de noche, dependiendo de la presencia o ausencia de los agentes o factores implicados en su gestación, que vamos conociendo cada día con más claridad y precisión.  Sigue...

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¿SE HEREDA LA HTA?

Desde los primeros estudios, la Hipertensión Arterial (HTA) se considera como el resultado de una compleja interacción entre factores genéticos y ambientales. 

A favor de las influencias genéticas se ha argumentado que la HTA esencial tiene tendencia a presentarse en grupos familiares y eso nos ha condicionado a indagar sistemáticamente sobre la presencia de HTA en los familiares de los pacientes estudiados. Hay una correspondencia familiar en los valores de tensión arterial, pero dicha relación puede explicarse bien por una genética común, bien por un medio ambiente común o por la suma de ambos factores.  

Los defensores del origen genético de la HTA llegan a la conclusión de que su influencia supera el 50 %, frente a los que opinan que los estudios no llegan a desglosar suficientemente la influencia ambiental de la influencia genética.

Se da por hecho que la tendencia de la HTA a presentarse en grupos familiares es debida a los factores genéticos que actúan en la sombra y por consiguiente se le inculca al clínico la obligación de que investigue la HTA en los familiares y, si no encuentra una historia familiar de HTA, busque pruebas de una posible HTA secundaria.

De una manera muy sutil se ha menospreciado la influencia de los factores ambientales, que son los auténticos responsables de la mayoría de las hipertensiones. Casi todos los pacientes normalizan definitivamente sus cifras de tensión arterial, con solo modificar sus hábitos “higiénico dietéticos” y controlar su situaciones de estrés, sin necesidad de que nadie “altere su genética”.  Sigue...

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CAUSAS DE LA HIPERTENSIÓN

Menos del 5% de las Hipertensiones arteriales son secundarias a problemas concretos en algún órgano del cuerpo, tales como ciertas alteraciones del tiroides, de los riñones, de las cápsulas suprarrenales, de la aorta, etc., cuya solución pasa inexorablemente por arreglar inicialmente el órgano u órganos afectados. Por consiguiente la mayoría de las HTA son simples manifestaciones de algún otro desequilibrio en el proceso regulador de la tensión arterial, que depende de la presión ejercida por el corazón en el movimiento sistólico, de la cantidad de sangre que se desplaza y de las variaciones del continente, es decir, de la capacidad de los vasos sanguíneos para ampliar o reducir su contenido. 

La mayoría de las hipertensiones que se ven en las consultas están relacionadas con el sobrepeso y, o con el estrés crónico. En todos los estudios poblacionales encontramos que la obesidad, está asociada con la hipertensión arterial, en más del 90% de las ocasiones y tiene una lógica puramente mecánica: “a mayor volumen corporal que atender, se aumenta necesariamente el trabajo de la bomba impulsora y la presión de funcionamiento”.

Aunque no todos los expertos están de acuerdo sobre las causas de la hipertensión, hay explicaciones puramente biofísicas que la justifican y en la práctica todos los sanitarios observamos que, cuando nuestros pacientes comen correctamente y normalizan su peso, su tensión arterial se regula. Por  el contrario, si tornan a alimentarse mal, vuelven a incrementar tanto el peso como la presión arterial.

En este fenómeno está implicado el desequilibrio de las hormonas autocrinas, a favor de las vasoconstrictoras y en detrimento de sus hormonas antagónicas las vasodilatadoras. Esta situación reduce la capacidad del continente (los vasos sanguíneos) y aumenta la presión del contenido (la sangre).

Influye también en la hipertensión arterial la presión en tórax y abdomen, derivada de la reducción del espacio, ocupado por el exceso de tejido adiposo. Este oprime a todas las estructuras vecinas y obliga a incrementar el trabajo cardiaco. Sigue...

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