El sueño no sigue un patrón uniforme sino que se compone de varias fases diferenciadas, que se repiten cíclicamente unas 5 o 6 veces cada noche, alternándose cada hora y media, desde el sueño ligero al profundo y desde este al ligero.
Una posible explicación a este fenómeno puede relacionarse con la necesidad vital de nuestros antepasados de estar permanentemente en guardia, frente a las posibles amenazas de un entorno hostil.
El sueño profundo conlleva una serie de peligros para la integridad de los animales al disminuir las alertas y es posible que las intermitencias en la profundidad del mismo hayan supuesto una solución, que concilia necesidad con seguridad, sobre todo cuando son varios los individuos que conviven en grupos y mientras unos duermen otros velan por la noche.
El psicólogo norteamericano William Charles Dement, estudiando a personas durmientes, descubrió que durante una etapa de su sueño se producían movimientos oculares rápidos (Rapid Eye Movement), posteriormente llamada fase REM, que iban acompañados por un aumento de la respiración, de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, llegando incluso a alcanzar los niveles típicos de la vigilia. Sigue...
