¿CANTIDAD, INTENSIDAD, RITMO?

Conviene definir la Cantidad, la Intensidad y el Ritmo, que vamos a aplicar a nuestra actividad físico-deportiva. El tiempo dedicado a la actividad física es directamente proporcional a la consecución de beneficios para la salud, de forma que cualquier aumento en la actividad (hasta ciertos límites) mejora situaciones previas de menor dinamismo.

Seguimos perteneciendo genéticamente a la especie “Homo Sapiens”, que ha mantenido durante miles de años una actividad física prolongada e intensa, para conseguir la supervivencia frente a la hostilidad del medioambiente. 

La cantidad mínima-suficiente de tiempo, recomendada para las actividades aeróbicas se concreta en 3 horas semanales, al inicio del programa, aumentándolo hasta 5 horas. También se invita a acompañarla de algún ejercicio anaeróbico para el fortalecimiento muscular, al menos, dos veces por semana.

Estas horas semanales conviene repartirlas al menos entre tres y cinco veces por semana, para minimizar claramente el riesgo de lesiones. Conviene empezar los ejercicios físicos con actividades aeróbicas que sean de una intensidad media-moderada al inicio, e ir incrementándolas poco a poco.

Un consejo sencillo y práctico para valorar la intensidad de los ejercicios es que, mientras se realizan actividades moderadas como el caminar, se pueda hablar, pues  una actividad más vigorosa no se lo permitiría, al exigirle respirar con mayor frecuencia. Sigue...

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¿DEBO CONTROLAR MIS PULSACIONES?

Las pulsaciones por minuto deben mantenerse dentro de unos márgenes ideales, es decir, entre el 60 y el 90% de la frecuencia cardíaca máxima de cada individuo.

A esa frecuencia cardíaca la llamamos ideal y es independiente del tipo de actividad física que se realice. Para calcularla, se utiliza la fórmula siguiente:             

-La frecuencia cardíaca máxima = 220 Puls./minuto, menos la edad del sujeto.                

-La frecuencia cardíaca ideal = frecuencia cardíaca máxima por % de intensidad.

Ejemplo: Para una persona de 60 años a un nivel de intensidad físico del 70%. Su frecuencia cardíaca máxima = 220 – 60 = 160 Puls. /minuto. Su frecuencia cardíaca ideal = 160  x  70% = 112 Puls. / minuto.  

Es preferible desde el punto de vista de la salud, iniciar los programas de entrenamiento con ejercicios de intensidad moderada, es decir, que la actividad física se realice, manteniendo unas Puls. /m. entre el 60 y el 70% de la frecuencia cardíaca máxima del individuo. Así se puede garantizar una actividad física segura y sin riesgos, que puede desarrollarse por un período de tiempo prolongado.                 

No está de más y puede llegar a ser plenamente necesaria, al menos en los programas deportivos, una evaluación previa por parte de un profesional competente, sobre la cantidad, intensidad y progresión de los ejercicios físicos a realizar. Es conveniente alcanzar los objetivos deseados y a la vez que evitar los riesgos de las temidas lesiones, que pueden sobrevenir si se comienza la actividad física demasiado rápido, con excesiva intensidad o durante un tiempo exagerado. Sigue...

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¿ACTIVIDAD FÍSICA EN GIMNASIO?

Cualquier persona que hoy en día acuda a un gimnasio de última generación puede llegar a sentirse abrumado por la amplísima oferta que estos centros le están brindando.

Tienen programas ultramodernos, en máquinas sofisticadas con controles electrónicos, que al usuario inexperto le pueden parecer más unos instrumentos de un laboratorio industrial que los aparatos destinados a entrenar el cuerpo humano de forma natural.  

Paralelamente existen otros centros donde se imparten programas de actividad física, basados en métodos más antiguos, que conllevan la garantía y el aval de una eficacia y una eficiencia demostradas tras largos años de ejecución. 

Debemos tener en cuenta que para mantener aquellas habilidades que hoy estamos disfrutando es absolutamente necesario seguir practicándolas día a día, porque la no utilización las atrofia indefectiblemente, máxime en las personas mayores quienes un día descubren: que ya no son capaces de sentarse en el suelo, que si lo hacen ya no pueden levantarse, que no tienen fuerza en las piernas para superar un ligero tropiezo y, al final se resignan y deciden no salir de casa solas o con ayuda del bastón.

Es obligación de cada individuo luchar por mantener su autonomía física y psíquica, evitando siempre que sea posible las situaciones crónicas de dependencia, para ello cada uno de los individuos debemos establecer un programa personal de estimulación, que nos haga más libres e independientes para disfrutarlo autónomamente durante la mayor parte de nuestra vida. Sigue...

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