EL ESTRES Y EL EXCESO DE CORTISONA

En nuestra sociedad actual, que consideramos “civilizada” son muy escasas las ocasiones, bien de origen físico o psíquico, en las que sería necesaria y justificable una alta producción de cortisona en respuesta a una situación de alarma extrema, pero con demasiada frecuencia convivimos, día a día, con un elevado estrés crónico (Ver), sin ser conscientes del tremendo deterioro que le aportamos a nuestro organismo.

El estrés puede ser provocado por una sensación continuada de hambre (Ver), con frecuencia aceptada como mal menor para no engordar o para conseguir adelgazar en base a una dieta de relativa inanición. Este hecho es muy frecuente en nuestro entorno, que ha vertido la falsa idea de que “engordamos por comer demasiado”.

Otra causa de estrés es la derivada de una excesiva actividad física, máxime cuando conlleva tintes competitivos, sean o no reconocidos públicamente, que también se basa en la falaz idea de que la única manera de controlar la acumulación de grasa es quemarla con un extenuante ejercicio físico.

Cada vez que estamos en hipoglucemia sea por ayuno voluntario o por desorden en la planificación del horario de las comidas, estamos entrando en situación de estrés físico y produciendo en consecuencia un exceso de hidrocortisona. Sigue...

¿TENGO ANSIEDAD O TENGO HAMBRE?
LA FORMACIÓN DE LOS CORTICOIDES

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