La ansiedad se transmite de madre a hija, de padre a hijo

Megan Brooks

18 de julio de 2022 
La transmisión de la ansiedad parece ser específica del sexo: se propaga de madres a hijas y de padres a hijos, según muestra una nueva investigación.[1]

Los nuevos hallazgos sugieren que los niños aprenden el comportamiento ansioso de sus padres, indicó a Medscape Noticias Médicas la investigadora del estudio, Barbara Pavlova, Ph. D., psicóloga clínica de Nova Scotia Health Authority, en Canadá.

"Esto significa que la transmisión de la ansiedad de padres a hijos puede prevenirse", señaló Pavlova, profesora asistente del Departamento de Psiquiatría de Dalhousie University, en Halifax, Canadá.

"Tratar la ansiedad de los padres no solo es importante para su propia salud, sino también para la de sus hijos. Esto podría ser especialmente cierto si el niño y el padre son del mismo sexo", añadió Pavlova.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 12 de julio en JAMA Network Open.

La ansiedad de los padres es un disruptor
Los trastornos de ansiedad se dan en familias. Se cree que tanto los genes como el medio ambiente contribuyen, pero hay pocos datos sobre la transmisión específica del sexo de padres a hijos.

Para explorar esto los investigadores realizaron un estudio transversal con 203 niñas y 195 niños y sus padres. La edad promedio de los niños era de once años y tenían un riesgo familiar de trastornos del estado de ánimo.

El trastorno de ansiedad en un padre del mismo sexo se asoció significativamente con el trastorno de ansiedad en la descendencia (odds ratio [OR]: 2,85; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 1,52 a 5,34; p = 0,001), pero no en un padre del sexo opuesto (OR: 1,51; IC 95%: 0,81 a 2,81; p = 0,20).

Vivir con un padre del mismo sexo sin ansiedad se asoció con tasas más bajas de ansiedad en los hijos (OR: 0,38; IC 95%: 0,22 a 0,67; p = 0,001).

Entre los 398 niños, 108 (27%) habían sido diagnosticados con uno o más trastornos de ansiedad, incluido el trastorno de ansiedad generalizada (7,8%), trastorno de ansiedad social (6,3%), trastorno de ansiedad por separación (8,6%), fobia específica (8%) y trastorno de ansiedad no especificado (5%).

Las tasas de trastornos de ansiedad en los niños aumentaron con la edad, de 14% en los menores de nueve años a 52% en los mayores de 15 años. Los trastornos de ansiedad fueron igualmente frecuentes entre los niños (24%) y las niñas (30%).Las tasas de trastornos de ansiedad fueron más bajas (24%) en los hijos de dos padres sin trastornos de ansiedad y más altas (41%) en los casos en que ambos padres tenían trastornos de ansiedad.

Los hallazgos apuntan al posible papel de los factores ambientales, "como el modelado y el aprendizaje indirecto", en la transmisión de la ansiedad de padres a hijos, señalaron los investigadores.

"Un niño recibe una cantidad similar de información genética de cada padre biológico. Un fuerte efecto de los padres del mismo sexo del niño sugiere que los niños aprenden resiliencia modelando el comportamiento de su padre del mismo sexo. El trastorno de ansiedad de un padre puede interrumpir este aprendizaje protector", agregó la especialista.

Diagnóstico y tratamiento temprano son esenciales
Cuando se solicitaron sus comentarios, Jill Emanuele, Ph. D., vicepresidenta de capacitación clínica del Child MIND Institute, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, dijo que cuando se trata de ansiedad es importante evaluar y tratar tanto a los padres como al niño.

"Sabemos que tanto el entorno como la genética juegan un papel en los trastornos de ansiedad. Desde una perspectiva clínica, si vemos a un padre con un trastorno de ansiedad sabemos que existe la posibilidad de que eso también afecte al niño, ya sea que el niño tenga o no un trastorno de ansiedad", comentó la especialista a Medscape Noticias Médicas.

"Los trastornos de ansiedad son los trastornos psiquiátricos más frecuentemente diagnosticados. También sabemos que los trastornos de ansiedad surgen antes que los trastornos del estado de ánimo y ciertamente pueden surgir en la infancia. Es importante abordar la ansiedad de manera temprana porque esos mismos problemas pueden continuar en la edad adulta si no se tratan", concluyó.