El colesterol ‘bueno’ detiene la aterosclerosis en diabetes

Una versión de la partícula HDL, HDL reconstituida, promete convertirse en la base de nuevos tipos de tratamientos para la enfermedad cardiovascular. El aumento de los niveles de una versión del colesterol HDL, el llamado colesterol ‘bueno’, parecer ser capaz de detener la aterosclerosis o enfermedad en los vasos sanguíneos de ratones con diabetes.

La aterosclerosis es una enfermedad en la que los altos niveles de colesterol provocan la formación de ‘placas’ en las paredes de los vasos sanguíneos que restringen el flujo de la sangre y causan infartos y accidentes cerebrovasculares. Muchos de estos pacientes, además, tienen diabetes, en la cual los tejidos son dañados por el alto nivel de azúcar en la sangre.

Dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York (EE.UU.), el estudio publicado en «Circulation», proporciona la ‘primera evidencia directa’ de que elevar los niveles de una versión simple y funcional del colesterol bueno, la ‘lanzadera’ de proteínas HDL que extrae el colesterol de las células, revierte la progresión de la aterosclerosis en ratones con diabetes.

Los resultados, dicen los autores del estudio, reflejan la idea emergente de que la capacidad de HDL para extraer colesterol de las células reduce la inflamación, la reacción inmune en la que las células se sitúan y causan lesiones. La inflamación, que forma parte del proceso natural que repara los tejidos dañados, también empeora la enfermedad en si se genera lugar equivocado (por ejemplo, placas).

«Los resultados de nuestro estudio sostienen que elevar los niveles de colesterol bueno funcional aborda las raíces inflamatorias de la aterosclerosis impulsada por la acumulación de colesterol mejor de lo que pueden lograr los medicamentos existentes», afirma el autor principal del estudio, Edward Fisher. «El colesterol bueno se convierte así en diana terapéutica debido a que ahora entendemos su biología lo suficientemente bien como para cambiarlo de manera que disminuya el riesgo de enfermedad».

Durante décadas, los tratamientos para la aterosclerosis se han centrado en reducir los niveles sanguíneos de LDL o ‘colesterol malo’, un segundo transbordador que transporta moléculas de colesterol de la dieta (y del hígado) a las células del cuerpo, incluidas las de las paredes de los vasos. Pero la capacidad de los tratamientos que disminuyen el colesterol LDL para reducir el riesgo de ataque cardíaco es limitada, especialmente en adultos con diabetes, que tienen el doble de probabilidades de morir de enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular que las personas sin diabetes.

Para reducir el riesgo de enfermedad que no se aborda al reducir el colesterol malo, el campo diseñó medicamentos que elevaron los niveles del ‘transportador’ de colesterol ‘bueno’ (HDL) que traslada el colesterol desde las paredes de los vasos sanguíneos al hígado para su expulsión del cuerpo. Los dos mecanismos deberían funcionar juntos, pero los medicamentos tan esperados para aumentar el HDL no lograron en 2016 en ensayos clínicos reducir el riesgo de ataques cardíacos mejor de lo que podría lograrse mediante la reducción del colesterol.

Ante esta situación, los investigadores se centraron en la función que desempeña la inflamación en la aterosclerosis y la diabetes. La nueva medida se basa en el descubrimiento de que las proteínas de señalización y las grasas relacionadas con el nivel alto de azúcar en la sangre se unen, reducen el número y desactivan el HDL, que está compuesto por una proteína llamada apolipoproteína AI (apoA-I) vinculada a los fosfolípidos. Esto reduce los suministros del transbordador capaz de lograr el flujo de salida de colesterol, denominado ‘HDL funcional’.

Los autores elevaron los niveles funcionales de HDL en ratones diabéticos al aumentar las cantidades de apoA-I presentes, ya sea mediante ingeniería genética o inyección directa. Descubrieron que el aumento en el HDL funcional detuvo la multiplicación (proliferación) de células inmunes impulsadas por el colesterol en la médula ósea, redujo la inflamación en las células inmunes en placas a la mitad y mejoró la reversión de los procesos de enfermedad aterosclerótica (regresión) en un 30% en ratones ya tratados para bajar su colesterol malo.

Por último, los resultados del estudio también muestran que el aumento de los niveles de HDL impidió que otro conjunto de células inmunes, llamadas neutrófilos, aumentaran la inflamación y la formación de coágulos en la aterosclerosis, bloqueando aún más el flujo sanguíneo.

«Para el estudio, creamos nuestra propia versión de la partícula HDL, llamada HDL reconstituida, que promete convertirse en la base de nuevos tipos de tratamientos funcionales de HDL que finalmente reducen el riesgo residual de enfermedad cardiovascular que no se aborda actualmente», añade la primera autora, Tessa Barrett.

Fuente: ABC Enfermedades