Los huevos y sus efectos neuroprotectores contra demencia, particularmente enfermedad de Alzheimer

Perla Miranda

26 de abril de 2022 El consumo moderado de huevo en personas que no siguen una dieta mediterránea se asocia a un menor riesgo de demencia, en particular a la enfermedad de Alzheimer, mientras que en aquellos que acostumbran este tipo de dieta la ingesta de huevo no aportaría efectos neuroprotectores extras, sugirió un estudio realizado por científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y el Instituto Catalán de Oncología.[1]

El artículo publicado en Frontiers in Nutrition señaló que estos hallazgos podrían ser clave para impulsar la prevención primaria y retrasar los cambios patológicos que condicionan el desarrollo de la demencia, puesto que la ingesta de huevo podría contribuir a mejorar los modelos de predicción y estrategias de prevención dietética.

La investigación reconoció que se requieren más estudios para evaluar esta asociación en poblaciones con diferentes patrones dietéticos y apuntó que estudios previos indicaron que el huevo podría tener efectos neuroprotectores potenciales.[2] En ese contexto surgió el objetivo del estudio: determinar si existía una asociación entre el consumo de este alimento y el riesgo de demencia en una población mediterránea.

El Dr. Raúl Zamora Ros, líder de la investigación, señaló a Medscape en español que el estudio se conformó por 25.015 personas de 30 a 70 años, procedentes de tres centros de la European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (EPIC)-Spain Dementia Cohort, que fueron reclutados entre 1992 y 1996 y se les dio seguimiento por una media de 21,5 años.

"En poblaciones donde hay un bajo cumpimiento de la dieta mediterránea y, por tanto, a una dieta saludable, se vio un menor riesgo de padecer demencia si se consumen huevos. Es importante porque vimos que cuando sigues una dieta saludable en principio, los componentes del huevo no tendrían una prevención extra, pero cuando se consumen dietas menos saludables, que por desgracia es cada vez más habitual, el huevo puede aportar nutrientes que podrían resultar beneficiosos contra las enfermedades neurodegenerativas, en este caso demencia y entre las demencias, la más habitual es la enfermedad de Alzheimer", señaló el especialista.

Del total de participantes, 774 se diagnosticaron con demencia, de los que 518 corresponden a enfermedad de Alzheimer. La estimación sobre el consumo de huevos se realizó mediante un cuestionario del historial dietético durante el reclutamiento y para el análisis se usaron modelos de riesgos proporcionales de Cox, ajustados por factores de confusión, precisó el Dr. Zamora, agregando que no se observó asociación entre el consumo de huevos y la demencia en general o específicamente enfermedad de Alzheimer, mientras que al dividir a la población por cumplimiento de la dieta mediterránea, se detectó una asociación inversa entre la ingesta de huevos y el riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer.

Mencionó que es la primera vez que se analiza la relación entre la ingesta de huevos y la incidencia de demencia en una cohorte mediterránea y explicó que el huevo contiene compuestos bioactivos como luteína, colina, zeaxantina y proteínas de alto valor, que pueden tener un papel protector contra la demencia debido a sus efectos beneficiosos sobre la inflamación."Es muy importante destacar que la asociación protectora solo se observó en los participantes que no siguen una dieta mediterránea y esto podría ocurrir porque al no estar familiarizados con este tipo de dieta, los huevos podrían ser la principal fuente alimenticia con efectos neuroprotectores y en los participantes que sí están familiarizados con la dieta mediterránea los compuestos protectores se podrían proporcionar mediante otras fuentes de alimentos, como frutas, verduras crucíferas, de hojas verdes y oscuras, tubérculos, repollo y tomates, así como frutos secos, por mencionar algunos", puntualizó.

En cuanto a las limitaciones del estudio, el autor principal subrayó que los resultados pueden estar influenciados por errores de medición que podrían haber atenuado los hallazgos, aun cuando se utilizó un cuestionario de historial dietético validado, pues las exposiciones dietéticas y los aspectos relacionados con el estilo de vida se midieron solo al inicio, lo que impidió evaluar los cambios durante el seguimiento, además de que podría haber un subregistro de casos de demencia no considerados en el sistema público de salud por falta de consulta en los centros públicos, emigración o deceso prematuro por otros motivos.

"Una de las limitantes es que la dieta la tomamos hace prácticamente 20 años y la gente ha ido cambiando o pudo haber cambiado su dieta; por otro lado, no tenemos seguimiento del estilo de vida de esta población, solo contamos con los datos de la base al reclutamiento y esta población pudo cambiar sus hábitos tanto dietéticos y de estilo de vida como de parámetros clínicos y esto desafortunadamente no lo podemos evaluar. Otro factor limitante es que la gente tiene que recordar lo que consumió más o menos durante el último año antes de la encuesta y esto puede llevar a sesgos y sin duda, como son estudios de muchos años, tienen un coste financiero muy elevado", destacó.

Sin embargo, acentuó que la repercusión del estudio es evidente porque aporta evidencia científica de alta calidad para que los tomadores de decisiones incluyan estos resultados dentro de las guías dietéticas de la población general, donde se pueda recomendar el consumo de huevo en una cantidad moderada y dentro de una dieta saludable, como la mediterránea, en la que hay poco o bajo consumo de dulces, bebidas azucaradas, alimentos ultraprocesados, ricos en sal y grasas, además de ser una de las dietas más fáciles de seguir.

"Es muy importante porque traza el camino para realizar más estudios y observar si en diversos países, con diferentes dietas, los resultados son similares. Por ejemplo, en zonas geográficas donde las dietas saludables son cada vez menos habituales, como México, en donde cada vez hay más aumento de obesidad, de diabetes de tipo 2, porque sus dietas son más parecidas a las de Estados Unidos, por lo que el huevo podría ser un alimento protector contra estas enfermedades y en este caso, neurodegenerativas. Por supuesto que nos interesa seguir en esta línea de investigación y analizar los efectos en otras enfermedades, como podría ser la enfermedad de Parkinson, para ver si ocurre lo mismo".

Ciencia frente a mitos

Por la presencia de grasas y colesterol en el huevo se ha dado por sentado que es un alimento que favorece el riesgo cardiovascular, pero la relación entre el colesterol dietético y los niveles en la sangre es muy débil, explicó la Dra. Nuria Virgili, especialista del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Bellvitge y señaló que desde 2008 el informe Physicians Health Study consideró desde el punto de vista cardiovascular el consumo de un huevo al día.

"Por años se han recomendado dietas que restringen la ingesta de grasas, pero si estas se hacen a expensas de un mayor consumo de azúcar e hidratos de carbono refinados no habrá beneficios para la salud; no existen datos reales de que una dieta baja en grasa y rica en carbohidratos sea beneficiosa y en la actualidad enfrentamos una pandemia por obesidad que debemos atender porque sus impactos negativos son cada vez mayores", agregó.

La especialista señaló que en España la obesidad va en aumento a pesar de las campañas de concienciación, y en su mayoría esto se debe a malos hábitos alimentarios y a una baja o nula actividad física. "Según la Encuesta Europea de Salud del año 2020, en España tienen obesidad 16,5% de hombres y 15,5% de mujeres mayores de 18 años. Además 44,9% de hombres y 30,6% de mujeres padecen sobrepeso según la misma fuente, así que no podemos ser únicamente espectadores de esta realidad", comentó a Medscape en español.


Destacó que una mala alimentación basada en pocos alimentos frescos, de origen vegetal, con alta presencia de productos procesados y ultraprocesados no abona a tener una buena salud y por el contrario se asocia a un aumento de factores de riesgo cardiovascular, algunas neoplasias, a una disminución de la esperanza de vida, en tanto que el aumento del índice de masa corporal entre los 40 y 49 años está estrechamente relacionado con un mayor riesgo a largo plazo de demencia.

"Hay evidencia de que el consumo de huevo tiene efectos neuroprotectores y suficiente información respecto a que la dieta mediterránea y la actividad física disminuyen el riesgo de demencia y enfermedades neurodegenerativas debido a un mayor consumo de vegetales frescos, legumbres, pescado, frutos secos oleaginosos o aceite de oliva, que pueden ofrecer mayor potencial antioxidante, además de un aumento en la ingesta de fibra y grasas con perfil antiinflamatorio, por lo que nos toca ser más responsables y contribuir en tener una mejor calidad de vida", concluyó.