Índice de masa corporal: una medida errónea del peso que afecta el tratamiento de la obesidad

Julie Appleby

13 de octubre de 2022 Las personas que buscan tratamiento médico por problemas de sobrepeso o por un trastorno alimentario tienen la esperanza de que sus seguros lo paguen, al menos en parte. Pero que se cubra o no depende de una medida inventada hace casi 200 años por un matemático belga que utilizó la estadística para definir a la "persona promedio".

En las décadas de 1970 y 1980 esa medida, creada en 1830 por Lambert Adolphe Jacques Quetelet y ahora denominada índice de masa corporal, se adoptó para detectar y monitorear la obesidad.[1]

Ahora es habitual utilizar esa ecuación matemática, esencialmente una relación entre peso y altura, para etiquetar a los pacientes con sobrepeso, bajo peso o un "peso saludable".

Es de una sencillez tentadora contar con una escala que designa a los adultos que obtienen una puntuación entre 18,5 y 24,9, como peso saludable.

Pero los críticos dicen que nunca se concibió como una herramienta de diagnóstico de salud. "El índice de masa corporal no procede de la ciencia ni de la medicina", afirmó la Dra. Fátima Stanford, especialista en medicina de la obesidad y directora de equidad en la División de Endocrinología del Massachusetts General Hospital, en Boston, Estados Unidos.

La Dra. Stanford y otros expertos señalaron que el índice de masa corporal puede ser bueno para seguir las tendencias de peso de la población, pero no es suficiente, porque no considera las diferencias entre grupos étnicos y puede señalar que algunas personas, incluidos los atletas, tienen sobrepeso u obesidad porque no distingue entre masa muscular y grasa.

Aun así, el índice de masa corporal se ha convertido en un estándar clave utilizado para determinar quiénes corren más riesgo de sufrir las consecuencias para la salud relacionadas con el peso y quiénes pueden optar por tratamientos, a menudo costosos.

La medida del índice de masa corporal suele incluirse en las indicaciones al recetar fármacos para bajar de peso. Algunos fármacos nuevos y eficaces, como semaglutida, limitan su uso a los pacientes con índice de masa corporal igual o superior a 30 kg/m2, el umbral para presentar obesidad, o un nivel inferior de 27 kg/m2, pero solo si el paciente tiene al menos un trastorno médico relacionado, como diabetes.

Los médicos pueden recetar fármacos a pacientes que no cumplan esos requisitos, pero las aseguradoras podrían no cubrir el costo.

Aunque la mayoría de las aseguradoras, incluida Medicare, cubre algunas formas de cirugía bariátrica para la pérdida de peso, pueden exigir que el paciente tenga un índice de masa corporal de al menos 35 kg/m2, junto con otros problemas de salud, como hipertensión o diabetes, para aprobar el procedimiento.

En el caso de los fármacos la situación puede ser aún más complicada. Por ejemplo, Medicare no cubre la mayoría de fármacos para bajar de peso, pero sí los tratamientos conductistas y los exámenes de detección de la obesidad.

El índice de masa corporal por sí solo no es un buen árbitro de la salud.Las aseguradoras privadas varían en cuanto a la cobertura de los fármacos para bajar de peso, por lo que depende en gran medida de la póliza concreta del paciente.

Los críticos dicen que el índice de masa corporal puede errar en ambos extremos de la escala, etiquetando erróneamente a algunas personas de mayor tamaño como poco saludables y a otras que pesan menos como saludables, aunque puedan necesitar tratamiento médico.

En el caso de los trastornos alimentarios, las aseguradoras suelen utilizar el índice de masa corporal y pueden limitar el tratamiento solo a quienes tienen un peso inferior al normal, dejando de lado a muchos que necesitan ayuda, explicó Serena Nangia, directora de comunicaciones de Project Heal, una organización sin fines de lucro que ayuda a los pacientes a obtener tratamiento.

"Al centrarnos tanto en las cifras del índice de masa corporal pasamos por alto a personas. Si no tienen un peso inferior al normal, no se les toma en serio y se pasan por alto sus comportamientos", destacó Nangia.

La Dra. Stanford señaló que también debe confrontar a las compañías de seguros quién califica para el tratamiento del sobrepeso basado en el índice de masa corporal, especialmente cuando se trata de algunos de los fármacos más nuevos para la pérdida de peso, que pueden costar más de 1.500 dólares al mes.

"He tenido pacientes a los que les va bien con la medicación y su índice de masa corporal baja de un determinado nivel y la aseguradora quiere retirarles el tratamiento farmacológico", explicó la Dra. Stanford.

Aunque quizá sea útil como herramienta de detección, la Dra. Stanford y otros expertos opinan que el índice de masa corporal por sí solo no es un buen árbitro de la salud.

"La salud de alguien con un índice de masa corporal de 29 kg/m2 puede ser peor que la de alguien con 50 kg/m2 si esa persona con 29 kg/m2 tiene colesterol alto, diabetes o apnea del sueño, mientras que la persona con 50 kg/m2 solo tiene hipertensión. ¿Quién está más enfermo? Yo diría que la persona con más enfermedades metabólicas", añadió la especialista.

Los expertos afirman que el índice de masa corporal también puede sobreestimar la obesidad en las personas altas y subestimarla en las bajas.[2] También hay diferencias de género y étnicas que no tiene en cuenta. Un ejemplo: "Las mujeres afroamericanas que tienen entre 31 y 33 kg/m2 de índice de masa corporal tienden a tener un mejor estado de salud incluso en ese nivel superior a 30 kg/m2", aseguró la Dra. Stanford.

Mientras tanto, algunas investigaciones, como el Nurses' Health Study, descubrieron que la población de origen asiática tiene un mayor riesgo de desarrollar diabetes a medida que aumentaban de peso, en comparación con los blancos no hispanos y otros grupos étnicos. Por tanto, algunos países, como China y Japón, han establecido umbrales de índice de masa corporal más bajos para el sobrepeso y la obesidad entre las personas de origen asiático.

Aunque el índice de masa corporal es útil para los investigadores que estudian el peso en las poblaciones, no debería ser la única medida para evaluar la salud y el peso de los pacientes, según los expertos.

"Tiene limitaciones", aseguró David Creel, psicólogo y dietista en el Instituto Bariátrico y Metabólico de la Cleveland Clinic, en Cleveland, Estados Unidos. Por ejemplo, estudios han demostrado que los riesgos para la salud aumentan si una persona tiene un exceso de peso en la sección media del cuerpo.

Existen otras iniciativas para definir nuevas formas de diagnosticar la obesidad, que no solo servirán para médicos y pacientes, sino que también afectarán a la cobertura de los seguros y a las intervenciones de salud pública.

La Dra. Stanford ha estudiado una forma de recalibrar el índice de masa corporal para que refleje las diferencias de género y étnicas. Lo hace, en parte, incorporando los factores de riesgo de diversos grupos para afecciones como la diabetes, la hipertensión arterial y el colesterol alto.

Según ese estudio, el límite del índice de masa corporal tendería a ser más bajo para los hombres y las mujeres hispanas y las blancas no hispanas. En el caso de las mujeres afroamericanas, el límite sería ligeramente superior.

"No pensamos eliminar el índice de masa corporal, pero sí idear otras estrategias para evaluar la salud asociada al peso", concluyó la Dra. Stanford.