Nueva guía de práctica clínica recomienda asesoría sistemática sobre el peso para mujeres en la mediana edad

Diana Swift

8 de agosto de 2022 Las mujeres de mediana edad que tienen un peso normal o tienen sobrepeso deben recibir asesoría de forma rutinaria para limitar el aumento de peso y prevenir la obesidad y los riesgos para la salud asociados, afirmó una nueva guía de práctica clínica.[1]

La recomendación, emitida por la Women's Preventive Services Initiative (WPSI) del American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG), respaldó el asesoramiento regular sobre el estilo de vida para mujeres de 40 a 60 años con un índice de masa corporal (IMC) normal o con sobrepeso de 18,5 a 29,9 kg/m2. El asesoramiento podría incluir una discusión individualizada sobre alimentación saludable y actividad física iniciada por los profesionales de la salud involucrados en la atención preventiva.

Publicada en versión electrónica en Annals of Internal Medicine, la guía aborda la prevalencia y las cargas de salud de la obesidad en mujeres estadounidenses de mediana edad y busca reducir los daños conocidos de la obesidad con una intervención de daños mínimos anticipados. Un índice de masa corporal alto aumenta el riesgo de muchas afecciones crónicas, como hipertensión, dislipidemia, diabetes de tipo 2, enfermedad de las arterias coronarias, ictus y mortalidad por todas las causas.

Sin embargo, la mejor manera de asesorarlas sigue sin estar clara. "Aunque no se pudo discernir el enfoque óptimo de los ensayos existentes, una variedad de intervenciones de duración, frecuencia e intensidad variables mostraron beneficios con posible importancia clínica", escribió el panel de la guía clínica de la iniciativa, dirigido por el Dr. David P. Chelmow, presidente del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Virginia Commonwealth University en Richmond, Estados Unidos.

La guía se basa en una revisión sistemática de la literatura, dirigida por la especialista en medicina familiar, Dra. Amy G. Cantor, maestra en salud pública, del Pacific Northwest Evidence-Based Practice Center, en Oregon Health & Science University en Portland, Estados Unidos, que sugiere que se podrían lograr reducciones moderadas de peso ofreciendo consejería para este grupo de edad.[1]

La iniciativa, que cuenta con apoyo del gobierno de Estados Unidos, fue lanzada por el American College of Obstetricians and Gynecologists en 2016. La guía llena un vacío en las recomendaciones actuales en el sentido de que se dirige a un grupo de riesgo específico y especifica el asesoramiento individual en función de su eficacia y aplicabilidad en entornos de atención primaria.

El panel afirmó que otro beneficio del asesoramiento de rutina es "Normalizar el asesoramiento sobre una dieta saludable y actividad física brindándolo a todas las mujeres de mediana edad, lo cual también puede mitigar las preocupaciones sobre el estigma del peso que resulta de asesorar solo a mujeres con obesidad".

Los panelistas señalaron que durante 2017-2018, la prevalencia de obesidad (IMC ≥ 30,0 kg/m2) fue de 43,3% entre las mujeres estadounidenses de 40 a 59 años, mientras que la prevalencia de obesidad grave (IMC ≥ 40,0 kg/m2) fue más alta en este grupo de edad con 11,5%. "Las mujeres de mediana edad aumentan de peso en un promedio de aproximadamente 680 gramos por año, lo que aumenta su riesgo de pasar de un índice de masa corporal normal o con sobrepeso a la obesidad", escribieron los panelistas.La revisión
El grupo de la Dra. Cantor analizó siete ensayos controlados aleatorizados publicados hasta octubre de 2021 a partir de 12 publicaciones con 51.638 participantes. Aunque los ensayos fueron en gran medida pequeños y heterogéneos, sugirieron que el asesoramiento puede dar lugar a diferencias modestas en el cambio de peso sin causar daños importantes.

Cuatro ensayos controlados aleatorizados mostraron cambios de peso favorables significativos para el asesoramiento en comparación con los grupos de control sin asesoramiento, con una diferencia media de 0,87 a 2,5 kg, mientras que un ensayo de asesoramiento y dos ensayos de ejercicio no mostraron diferencias. Uno de dos ensayos controlados aleatorizados informó mejores medidas de calidad de vida.

En cuanto a los daños, aunque las intervenciones no aumentaron las medidas de depresión o estrés en un ensayo, las caídas (37% frente a 29%, p < 0,001) y las lesiones autonotificadas (19% frente a 14%, p = 0,03) fueron más frecuentes con el asesoramiento sobre actividad física.

"Se necesita más investigación para determinar el contenido óptimo, la frecuencia, la duración y la cantidad de sesiones requeridas y debe incluir poblaciones de pacientes adicionales", escribieron la Dra. Cantor y colaboradores.

En cuanto a las limitaciones, los autores reconocieron que los ensayos de intervenciones conductuales para mantener o reducir el peso en mujeres de mediana edad demuestran efectos de pequeña magnitud.

La Dra. JoAnn E. Manson, doctora en salud pública, jefa de la división de medicina preventiva del Brigham and Women's Hospital en Boston, Estados Unidos, que no participó en la guía, dijo que su mensaje es de suma importancia para las mujeres de mediana edad y va más allá de la preocupación por el peso perdido o ganado.


"La mediana edad y la transición a la menopausia son periodos de alto riesgo para las mujeres en términos de cambios típicos en la composición corporal que aumentan el riesgo de resultados cardiometabólicos adversos", dijo la Dra. Manson, profesora de salud de la mujer en la Harvard Medical School, en Boston, Estados Unidos. "Asesorar a las mujeres debería ser una prioridad para los médicos en la práctica clínica. Y no se trata solo de si el aumento de peso se refleja o no en la báscula, sino de si hay un aumento de la grasa abdominal central, una disminución de la masa muscular magra y un aumento de la tolerancia a la glucosa".

Es esencial que las mujeres estén atentas en este momento, agregó, y sus regímenes de ejercicio deben incluir entrenamiento de fuerza y resistencia para preservar la masa muscular magra y aumentar la tasa metabólica. El grupo de la Dra. Manson ha emitido varias declaraciones en las que destacan la importancia de que los médicos tomen medidas decisivas en el frente del asesoramiento y cómo pueden hacerlo en muy poco tiempo durante la práctica de rutina.[2]

La Dra. Mary L. Rosser, Ph. D., profesora asistente de salud de la mujer en obstetricia y ginecología en el Columbia University Irving Medical Center en Nueva York, Estados Unidos, también apoyó plenamente la guía. "La mediana edad es una oportunidad maravillosa para animar a las pacientes a evaluar su estado de salud general y hacer cambios que impacten en su salud futura. Las mujeres de mediana edad tienden a aumentar de peso debido a una variedad de factores que incluyen el envejecimiento y el estilo de vida", indicó la Dra. Rosser, quien no participó en la redacción de la revisión y la guía.

Si bien el envejecimiento y la genética no se pueden alterar, los comportamientos sí y, en su opinión, los comportamientos favorables también incluirían la reducción del estrés y el sueño adecuado.

"La importancia de reducir la obesidad con una intervención temprana y prevención debe centrarse en todas las mujeres", anotó la Dra. Rosser. "Debemos reducir la brecha de inequidades en la atención, especialmente para los grupos minoritarios de alto riesgo y las poblaciones desatendidas. Esto reducirá las enfermedades y las muertes, y brindará a las mujeres el regalo de una vida activa y sentirse mejor".