DEFINICIÓN

Por Alberto Martínez-Arrazubi

La Salud no es un regalo divino que dependa de fuerzas sobrenaturales, ni un premio ligado a los designios del azar, que puede tocar o no en función de la suerte y con independencia de la voluntad del receptor.

Algunos la piden insistentemente en sus oraciones, creyendo que es algo mágico e inalcanzable para el ser humano y depende de fuerzas sobrenaturales que la reparten más o menos magnánimamente a quienes ellas arbitrariamente seleccionan.

Hay slogans publicitarios que incitan “a regalar salud” o “a garantizarla” como si fuera un artículo difícilmente alcanzable, que debemos solicitar y alcanzar únicamente de los centros altamente especializados e inaccesibles para la mayoría de la sociedad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define con precisión el tema y dice que “la Salud es el perfecto Bienestar Físico, Mental y Social”. Es decir, que tener Salud es lo mismo que encontrarse perfectamente bien físicamente, mentalmente y en armonía con nuestro entorno socio-familiar y cultural.

En concordancia con lo expuesto anteriormente, la Salud es la lógica consecuencia de haber alcanzado situaciones que provocan el estado de bienestar. 

Una persona está bien cuando no tiene ni hambre, ni sueño, ni frío, ni calor excesivo, ni dolor, ni inmovilidad, ni tristeza, se siente feliz con ella misma y con su entorno.

En realidad todo esto es perfectamente alcanzable en nuestro mundo desarrollado, si nuestro cuerpo dispone de los elementos necesarios para su correcto desarrollo y mantenimiento, dentro de unos márgenes muy concretos, que varían en función del grado de tolerancia que el individuo haya heredado o desarrollado.

El concepto de salud que preconiza la O M S no está ligado por lo tanto a la ausencia de enfermedades, sino más bien al logro de un estado completo de bienestar físico, psíquico y social, que permite al organismo crecer, vivir y regenerarse según sus condiciones endógenas, adaptándose a los factores ambientales. 

Para lograr ese perfecto bienestar físico es imprescindible que nuestro cuerpo disponga al cien por cien de aquellos elementos, que le son necesarios para su correcto desarrollo y mantenimiento, sabiendo que tanto los defectos como los excesos de cualquiera de los nutrientes pueden impedir ese hipotético bienestar.

Es decir que todos los elementos, que son esenciales para nuestro cuerpo, deberán estar presentes e indefectiblemente disponibles, dentro de unos márgenes muy concretos, que varían en función del grado de tolerancia que el individuo haya heredado o desarrollado.

El concepto de salud que preconiza la O M S no está ligado por lo tanto a la ausencia de enfermedades, sino más bien al logro de un estado completo de bienestar físico, psíquico y social. Un estado que permite al organismo crecer, vivir y regenerarse según sus condiciones endógenas, adaptándose a los factores ambientales, mientras consigue mantener un perfecto funcionamiento global.